Indicación de TSH Recombinante para Cáncer de Tiroides

Indicación de TSH Recombinante para Cáncer de Tiroides

El Simposio “Carcinoma diferenciado de Tiroides, una nueva visión” será el sábado 12 de septiembre en el Centro Médico Docente la Trinidad.

Millones de personas  sufren  de desórdenes de la tiroides en el mundo y muchos no lo saben aún. En varias personas los síntomas pasan desapercibidos o no tienen diagnóstico preciso y por ende, el tratamiento no es el correcto mientras que el tiempo transcurre ocasionando debilitamiento del  organismo  por los desajustes característicos. La buena noticia es que en el presente esas enfermedades son bien tratadas hasta con una sencilla medicación.

La tiroides es una glándula ubicada en la porción anterior del cuello, con forma de mariposa. Tiene 2 lóbulos y el itmo, cual si fuese una H. Produce las hormonas tiroideas relacionadas con el metabolismo del ser humano, como por ejemplo el crecimiento del cabello y la uñas, el estado de la piel, etc. “Es una glándula clave en el funcionamiento normal del organismo. Genera las hormonas tiroideas que regulan el metabolismo del cuerpo” describe la doctora Aisa Manso, jefa del Servicio de Medicina Nuclear del Centro Médico Docente La Trinidad.

El método diagnóstico más importante es el  ultrasonido  de  alta  resolución.  Con  el  advenimiento  de estos equipos pueden detectarse nódulos sumamente pequeños y es posible caracterizarlos como  sospechosos  o  no de malignidad o si son completamente benignos, los cuales solamente  exigen  tratamiento  médico  a  ser indicado por el médico endocrino.

En los últimos años se ha observado un aumento en la frecuencia de la patología tiroidea nodular y  de los casos de cáncer  diferenciado  de tiroides,  siendo  el más frecuente el Carcinoma Papilar;  esto  en parte se debe   a un mejor diagnóstico por el uso cada vez más frecuente del ultrasonido de alta resolución y por  la  mayor exposición del ser humano a radiaciones ionizantes, por ejemplo, en accidentes nucleares, incluso hay países europeos, que tienen una alta incidencia como consecuencia de la contaminación por radiación producto de accidentes nucleares ocurridos.

Hallazgos en Consulta

Cuando vamos a un chequeo usualmente el médico palpa el  cuello  y  nos  indica  tragar  con  el  fin  de detectar el aumento de tamaño de la glándula tiroides. Si la tiroides está de tamaño  normal,  generalmente,  no  se  ve ni se palpa, pero si está aumentada de tamaño se observa que al deglutir se moviliza en  el cuello  pudiéndose  tocar incluso algún nódulo.

Existen patologías benignas de la tiroides, como son el hipertiroidismo y el hipotiroidismo vinculados al aumento o disminución en  la producción  de  las  hormonas tiroideas  y  que  se  pueden presentar  en  buena parte de la población, aunque no sea cáncer. Los síntomas conducen a la consulta cuando las personas dicen sentir frío o calor cuando los demás no lo sienten, también si duermen y siguen con  sueño  o  al haber  pérdida  de peso excesiva,  el paciente puede estar nervioso, tiene temblor, está muy  ansioso,  puede presentar ojos brotados (que     se llama exoftalmo)  en   cuyo es tratado  por el endocrinólogo con medicamentos antitiroideos   y,  eventualmente,   si no se controla es posible indicar el yodo radiactivo o  quizás una cirugía, pero es una patología benigna que no   tiene que ver con cáncer.

Los Nódulos

Si el paciente tiene nódulos en  la  tiroides debe controlarse con  el  endocrinólogo, tomando  en cuenta  que si presentan cambios en el tamaño, o ciertas  características  en  el ultrasonido,  como  la presencia  de calcificaciones, estar muy vascularizado o ser más alto que ancho, pudieran ser sospechosos de malignidad.

Ese tipo de nódulo  debe ser  clasificado mediante  un  sistema  denominado  TIRADS,  clasificación que toma en cuenta las características ultrasonográficas del nódulo y si éste  es  sospechoso  el  paciente  debe  ir  a  una punción con aspiración de aguja fina (PAAF) cuyo material será estudiado por el patólogo. Esa muestra la puede obtener el endocrinólogo apoyado en el ultrasonido o el cirujano,  en  un  procedimiento  ambulatorio.  Si  el resultado es compatible con un cáncer de tiroides el paciente debe ir al tratamiento primario que es la cirugía dependiendo del tamaño de la lesión, edad del paciente (en cáncer de tiroides es  bien  importante  la  edad, pacientes menores de 45 años tienen mejor pronóstico que los mayores), sexo, factores de riesgo de la biopsia definitiva como el tamaño del tumor, si había ganglios comprometidos o si existía invasión local, etc.

Baja Mortalidad

En cuanto al tamaño de la lesión-dice Manso- si son lesiones muy pequeñas (menores de 1 cm) son denominadas microcarcinomas y el paciente pudiera no ir a una tiroidectomía total sino parcial en la cual  es extirpado el lóbulo afectado y el istmo. En la gran mayoría de los casos cuando son superiores a 1 centímetro de diámetro el cirujano practica una tiroidectomía total y luego el paciente es clasificado de acuerdo al riesgo de recurrencia de la enfermedad pues el riesgo de mortalidad es muy bajo, incluso este tipo cáncer se considera relativamente “benigno” porque  no  mata, ya que  el  paciente  tiene una  sobrevida  muy larga  que se mide  incluso a más de 20 años. En general en otros tipos de cáncer la sobrevida se mide a 5 años, pero en cáncer de tiroides se mide a 20 años. Tiene una supervivencia muy larga por tanto debe evaluarse el riesgo del paciente para hacer recaídas, el riesgo de recurrencia porque ya sabemos que la mortalidad es muy baja. Un paciente con cáncer de tiroides inclusive estadio IV avanzado, con lesiones en múltiples ganglios o tumor local extenso o enfermedad metastásica,  su  sobrevida pudiera ser relativamente alta si se compara con otros tipos de neoplasias malignas.  Es   un cáncer muy manejable y existen muchas armas terapéuticas que se pueden utilizar hoy en día.

Hasta hace pocos años  después de la cirugía  indicaban  yodo radiactivo a los pacientes y  eso cambió.  Hoy   los pacientes de muy bajo o bajo riesgo para recurrencia,  que  presentan  lesiones  muy  pequeñas,  quienes no tienen ganglios ni infiltración local, pudieran dejarse sin yodo.

Novedades Vitales

Antes a casi todos los pacientes les indicaban dosis altas, pero hoy utilizan  dosis  cada  vez  más  bajas porque se ha demostrado que éstas son  tan  efectivas como las altas y  presentarán  menos riesgo de complicaciones a futuro,  una de las cuales pudiera ser  la aparición de segundos tumores primarios en  el tiempo.    A los 20 o 30 años el paciente hace un  segundo tumor primario posiblemente relacionado con el yodo recibido.  Cada vez más se suministran menos dosis y se le ofrece a quienes realmente las necesitan.  Una novedad es la categorización de riesgo del paciente para saber si requiere o no el  yodo  radioactivo  y  una  mínima  dosis necesaria. Los pacientes de riesgo intermedio y alto para recurrencia si ameritan yodo radiactivo como terapia.

Se utilizan unidades en milicurie (mCi) en honor a madame Curie, pero la unidad internacional se llama Becquerel y los pacientes que recibían comúnmente 100 mCi ahora se les indican 30 o 50 mCi, de manera individualizada. Ya no  se  irradia tanto al paciente. Otra novedad  es  el  uso  de TSH recombinante  porque  antes para dar el yodo el paciente debía estar hipotiroideo,  es  decir, no  podía estar  tomando hormona  tiroidea, había que suspendérsela.  Si al paciente le extirparon la tiroides no hay  producción  de hormonas tiroideas,   por lo   cual   le indican hormona sustitutiva para que no se sienta mal pues los síntomas incluyen retención de líquido, estreñimiento, enlentecimiento en los reflejos, funciones  cognitivas  alteradas,  luce  abotagado,  con  el metabolismo  sumamente  lento.   Lo  mencionado trajo como consecuencia          el uso de THS recombinante, que permite que no se le suspenda la hormona tiroidea al paciente sino que se utiliza para estimular el tejido  residual  que haya quedado postcirugía para que esté muy ávido de concentrar el yodo que  vamos  a  dar.  Deseamos estimular todos los receptores  de  TSH  existentes  en  ese tejido  para que capten  el yodo.  La TSH  recombinante los estimula sin necesidad de quitar la hormona sustitutiva, convirtiéndose en uno de los avances.

En los paciente de bajo riesgo, constituye un avance el uso de dosis bajas de yodo con TSH recombinante. En los pacientes de riesgo intermedio y alto también se puede utilizar el TSH recombinante, pero con dosis adecuadas.

El Retorno del Yodo

Con respecto al yodo radiactivo, actualmente tenemos disponibilidad regular, sin embargo tuvimos un momento en el cual no contábamos con el suministro y algunos pacientes tuvieron que migrar a otros países a recibirlo. El paciente luego de la cirugía debe recibir la dosis prescrita por el médico nuclear entre las  4  y  6 semanas de la intervención quirúrgica. Durante la crisis de yodo se les prolongó el tiempo estimado para ese tratamiento, aunque no han visto recurrencias en los pacientes que reciben control.

Advierte Manso que “el problema con el yodo radiactivo es que no se produce en el país, proviene de 2 proveedores en Francia y Argentina, con los cuales se cubre la demanda de los pacientes, tanto en público como en privado”. En ambos se está utilizando el TSH recombinante, que a pesar de ser muy costoso el Estado venezolano lo ha adquirido por la importancia vital para la población afectada que acude a los hospitales, y en privado los pacientes lo adquieren a través de BADAN.

Equipo Multidisciplinario

La visión nueva sobre el tema será expuesta en el evento  ante  todas  las  especialidades  convocadas.  El cáncer   de tiroides debe ser  abordado de manera multidisciplinaria por  el endocrinólogo quien evalúa al paciente     al inicio, el imaginólogo ecografista, que hace el ultrasonido, un buen patólogo para evaluar la punción y la pieza operatoria definitiva, un cirujano especialista en cabeza y cuello con mucha experiencia en este cáncer, médicos nucleares expertos que definan las dosis  de  yodo.  Eventualmente  algunos  pacientes  requieren  radioterapia externa y debe  haber  un radioterapeuta oncólogo y más  recientemente  se  están utilizando  medicamentos como los inhibidores de la tirosin quinasa que han demostraron ser una excelente arma terapéutica en pacientes refractarios al yodo o sea que no responden  a  éste, lo cual trae como  consecuencia que  el  oncólogo  médico, que no formaba parte del equipo multidisciplinario de cáncer de tiroides, ahora si está  integrado  al grupo  en  sintonía con el resto de los participantes del equipo tratante.

Una de las novedades del evento del 12 de septiembre es que entre los conferencistas estarán 2 oncólogos médicos que hablarán de los inhibidores de la tirosin quinasa. 3 cirujanos, 3 médicos nucleares, 1 patóloga, 2 endocrinólogos y habrá una mesa redonda sobre controversias. Mayor información por los teléfonos del Centro de Extensión del Conocimiento 0212.9496249 y 0212.9496449, email: cec@cmdlt.edu.ve

 

Caracas, abril 2015
Por Blanca García Bocaranda
garbo64@gmail.com