Día Internacional del Síndrome de Asperger

Día Internacional del Síndrome de Asperger

18 de febrero Día Internacional del Síndrome de Asperger

Desde 2007, cada 18 de febrero se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Asperger, en recuerdo al nacimiento del psiquiatra y pediatra austríaco Hans Asperger (1906-1980) quien describió por primera vez este síndrome, en 1943. Incluido entre los denominados trastornos del espectro autista, el Síndrome de Asperger abarca un conjunto de características mentales y conductuales y se encuadra dentro de los trastornos generalizados del desarrollo.

Causa multifactorial

Guilca Contreras, neuropediatra del Centro Médico Docente La Trinidad, explica que el Síndrome de Asperger, cuya prevalencia está en alrededor de 0,26 casos por cada mil individuos, tiene una base genética cuya expresión va a estar determinada por ciertos factores ambientales que aceleran o exacerban la manifestación de los síntomas.

Entre los desencadenantes externos se cuentan ciertos alimentos, contaminantes, químicos y metales, además del entorno social inmediato, que por lo general está representado por la familia. “En un hogar disfuncional, no constituido, donde no hay estructura, ni hábitos, ni rutinas, es muy probable que un niño con Asperger muestre síntomas mucho más intensos”, ilustra la especialista.

empatia

Señales Típicas

El rasgo más notorio de quienes tienen esta condición es la dificultad en la interpretación de la comunicación no verbal y en la interacción y adaptación social. Contreras afirma que el Síndrome de Asperger no condiciona significativamente el desarrollo del lenguaje verbal, más allá de la incorporación de palabras rebuscadas o que no forman parte del léxico habitual de determinada cultura, como decir llanta en lugar de caucho, o pastel en vez de torta, por ejemplo.

En cambio, la comunicación no verbal, que es la que más está vinculada a la empatía y a las relaciones interpersonales, no fluye de manera natural, por lo cual establecer vínculos y hacer amistades puede resultar cuesta arriba. “Interpretar una expresión facial, una mirada, una sonrisa, cualquiera de los gestos que forman parte de nuestro sistema de códigos de lenguaje corporal, no es una tarea sencilla para una persona con Asperger, dificultad que entorpece la interacción e integración social”, detalla la neuropediatra. Asimismo, son personas que difícilmente entienden frases o chistes con doble sentido y, de hacerlo, no le encuentran gracia. Así, ser explícito con palabras es la mejor forma de alcanzar una comunicación efectiva.

A edad preescolar es posible identificar el Síndrome de Asperger en niños que se muestran aislados, prefieren el juego en solitario y tienen intereses muy restringidos: “Al que tiene esta condición le cuesta percibir la globalidad. Son personas que captan cosas muy especificas y desde la infancia tienen intereses muy especiales, como astronomía, matemática, historia, geografía, a un nivel generalmente elevado”, precisa. Además, puede existir rechazo al contacto físico y a ciertos roces o texturas, como las etiquetas de la ropa

Abordaje Terapeutico

Si bien el momento del diagnóstico es variable, y está sujeto en gran medida a la intensidad de los síntomas, alrededor del 50% de los pacientes con Asperger no se enteran de su condición hasta la adolescencia o la adultez. Contreras enumera cuatro factores claves para la efectividad del manejo terapéutico:

  • Intervención temprana.

    Entre más pronto se brinde atención especializada, mayor es la oportunidad de ofrecer el apoyo necesario para un adecuado desarrollo. “El cerebro tiene gran plasticidad durante los primeros seis años de vida, y los dos primeros son determinantes. Todo lo que podamos hacer en ese periodo contribuye a un mejor pronóstico”, precisa Contreras.

  • Atención multidisciplinaria.

    Por lo general deben participar especialistas de diversas áreas: pediatras, psicólogos, psicopedagogos, terapeutas ocupacionales y del lenguaje, neuropediatras, alergólogos, genetistas, entre otros, quienes además de evaluar el caso están facultados para indicar los estudios pertinentes. Si bien no hay un examen que arroje un “positivo” en Asperger, el conjunto de hallazgos y observaciones permiten llegar al diagnóstico.

  • Evaluación integral.

    Prestar atención no sólo al motivo de consulta sino a los antecedentes y otros elementos que revele la entrevista a los padres conduce a un manejo mucho más acertado. Corresponde al especialista preguntar detalles sobre enfermedades previas, patrones de sueño, hábitos alimentarios e intestinales, desempeño escolar, entre otros aspectos. “Nosotros hacemos una evaluación que va desde la concepción, el embarazo, el nacimiento y todo el neurodesarrollo del paciente”, afirma Contreras.

  • Abordaje familiar.

    La presencia de ambos padres es deseable durante la consulta médica, a fin de explorar rasgos, actitudes, dinámicas e interacciones del grupo familiar. “A veces, mucho de lo que exhibe el niño se parece a lo que vemos en uno o en los dos padres”, advierte.

Expectativa y pronóstico

Una vez diagnosticada, una persona con Asperger recibirá indicaciones terapéuticas específicas e individualizadas que irán acompañadas o no de tratamiento farmacológico. Indistintamente del esquema, el pronóstico será mejor en función de la prontitud con que se atienda el caso.

“La mayoría de los niños diagnosticados con Asperger estudian en el sistema de educación regular y son capaces de alcanzar un rendimiento tan bueno como el de cualquier compañero”, ilustra Contreras, e indica que pueden llegar a ser brillantes en determinadas áreas. “No significa que tengan una inteligencia superior, pero tampoco es inferior. Hay niños con Asperger por debajo y por encima del promedio, al igual que en la población general”.

En cuanto a la inserción social, adicional a los esfuerzos que el niño con Asperger pueda hacer para lograr su adecuada integración, es necesaria una mayor educación en el aula respecto a estos temas: “Cuando los compañeros entienden la condición y saben realmente de qué se trata, entonces hay aceptación. Allí los maestros, quienes hoy están mucho mejor informados, juegan un papel clave”, destaca.

En función de lo anterior, y también de la intensidad de los síntomas, el adulto con Asperger puede ser tan funcional como cualquier otro en los ámbitos personal y profesional. “Siempre que sus destrezas hayan sido correctamente canalizadas desde la infancia, la expectativa es positiva”, puntualiza la neuropediatra.

Mensaje al Gremio

De acuerdo con Contreras, la atención primaria debe comenzar por los pediatras, médicos receptores de las primeras señales de alerta, a quienes dirige un mensaje especial: “El neurodesarrollo tiene sus etapas establecidas, no hay flexibilidad fuera de eso”, subraya, en referencia a la importancia de escuchar atentamente las inquietudes que manifiestan los padres en consulta. De acuerdo con la especialista, no todo es “normal” y existen irregularidades que no responden a la singularidad de cada niño ni a su ritmo individual, sino a una situación que amerita atención.

El llamado es a no subestimar o minimizar la angustia de los padres, pero tampoco crear alarma innecesaria: “Se trata de darle al motivo de consulta la importancia que realmente tiene, solicitar apoyo interdisciplinario, proceder con los estudios y evaluaciones pertinentes y hacer seguimiento al caso”, puntualiza.

Caracas, febrero 2016

Lena Jahn Santorufo

CNP 21837

lena.jahn@cmdlt.edu.ve